
No existe el “momento perfecto” para la transformación digital de planta
Esperar a que todo esté ordenado, estandarizado y con presupuesto aprobado parece prudente. En realidad, es una forma elegante de seguir haciendo lo mismo.
El mejor momento para iniciar la transformación digital de la planta no es cuando todo esté listo: es cuando aceptamos que operar casi a ciegas ya no es una opción. Es decir: ahora.
El costo real de seguir esperando
Desde la mirada de dirección, detenerse puede sonar responsable. Pero cada mes sin un mínimo de visibilidad digital trae tres costos silenciosos:
Capacidad perdida: microparos, baja velocidad y retrabajos que nadie ve en tiempo real y que se vuelven “normales”.
Decisiones lentas: se discute con reportes atrasados y versiones distintas del mismo dato.
Brecha competitiva: otras plantas (del mismo grupo o de la competencia) ya están aprendiendo a gestionar con datos y ampliando la distancia.
No es un tema tecnológico: es un tema de gobierno de la operación.
La pregunta no es “¿estamos listos para digitalizar?”, sino “¿podemos darnos el lujo de seguir sin ver claramente dónde perdemos dinero y capacidad?”.
3 Mitos que bloquean la decisión
“Primero ordenemos todo, luego digitalizamos”
Ese “primero ordenemos” nunca termina. La realidad de planta siempre es imperfecta. La clave es usar la digitalización como palanca para ordenar: elegir una línea crítica, medir bien OEE y paradas, y a partir de esos datos priorizar estándares, roles y rutinas.
“No hay presupuesto para un gran proyecto 4.0”
No necesitan un mega-proyecto, necesitan casos de uso con retorno claro. Por ejemplo, en 90 días:
Visibilidad del OEE real de la línea cuello de botella.
Registro digital sencillo de paradas y causas.
Tablero de cumplimiento de plan por turno.
Eso se financia con parte del valor que libera, no con una gran apuesta a ciegas.
“Todavía no tenemos datos”
La planta ya genera datos: PLC, SCADA, hojas de cálculo, reportes de turno. El problema no es la falta de datos, es que están dispersos y llegan tarde a quien decide. Empezar ahora significa conectar mejor lo que ya existe y hacerlo utilizable para producción, mantenimiento, calidad y logística.
¿Qué significa empezar ahora, en la práctica?
Para la alta dirección, “empezar ya” es tomar tres decisiones sencillas:
Elegir un problema dominante: capacidad sin CAPEX, scrap, tiempos de cambio, incidentes de seguridad, etc.
Definir 1–3 casos de uso digitales que ataquen ese problema y muestren resultados en meses, no en años.
Nombrar dueños claros (no solo TI) y acordar indicadores de éxito antes de invertir.
A partir de ahí, se aprende, se ajusta y se escala. Sin discursos grandilocuentes, con resultados visibles en el piso.
80% hoy vale más que 100% nunca
El momento perfecto no va a llegar: siempre habrá otra prioridad, otro proyecto, otra reestructuración. La decisión que sí pueden tomar hoy es ésta:
¿Quieren seguir gestionando la planta con visibilidad parcial, aceptando pérdidas crónicas como “parte del negocio”?
¿O quieren entrar ya en una curva de aprendizaje digital que mejore la capacidad, la estabilidad y la rentabilidad con los activos que ya tienen?
Si son honestos con sus indicadores y con lo que hoy no ven a tiempo, la conclusión es directa:
El mejor momento para empezar la transformación digital de la planta no es mañana. Es ahora.
Nos leemos en una semana.
Hernán David.

